sábado, 14 de abril de 2012

La boca llena

Se les llena la boca de anunciar que apuestan por un cambio del modelo productivo a través de una sociedad basada en el conocimiento y la innovación... y reducen drásticamente las ayudas a la Ciencia y la Educación.
Se les llena la boca de hablar sobre la ayuda a los más necesitados... y masacran los fondos de cooperación (en crisis ya importa menos que se mueran de hambre algunos en países que ni siquiera conocemos).
Se les llena la boca apoyando en sus discursos a los más necesitados... y les suben las tarifas del transporte público al día siguiente.
Se les llena la boca de decir que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, despilfarrando el dinero como si cenáramos todos los día con Moet Chandon, y... los que siguen despilfarrando son los mismos de siempre. Mientras tanto, la mayoría ha pasado de tener el agua al cuello, con hipotecas de casas sobrevaloradas por aquellos que nos acusan de irresponsables, a tenerla por la nariz.
Se les llena la boca al pedir responsabilidades a los bancos irresponsables... y la única medida es rescatarlos y evitar su caída a costa de los del agua al cuello.
Se les llena la boca de pronunciar la palabra "sostenibilidad" para apoyar las energías renovables... mientras que, si no fuera por las subvenciones, a costa de los del agua al cuello, serían insostenibles.
Se les llena la boca al hablar de nuestra próspera sociedad, libre y de mercado... y los mercados, junto a la incompetencia de los de la boca llena, la han convertido en una sociedad esclavizada.
Se les llena la boca de mencionar las palabras transparencia y ejemplaridad... y en las primera páginas de los periódicos se nos detallan el número de juicios pendientes de sus colegas de partido por prevaricación y enriquecimiento ilegal.
Se les llena la boca hablando de la soberanía nacional y de su independencia política... mientras miran de reojo, con temor, las evaluaciones que hacen las agencias de calificación sobre sus decisiones.
Se les llena la boca de pedir compromiso, rigor y austeridad a unos y otros... y ellos, que tienen la máxima responsabilidad sobre las grandes decisiones, se marchan a su casa cada cuatro años con un sueldo vitalicio, tras haber esquilmado las arcas del Estado.
Mientras, los del agua por la nariz observan como sube el nivel, lentamente...

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