domingo, 13 de febrero de 2011

Excelencia compulsiva

El nuevo tópico político que se viene escuchando en los últimos tiempos es el del fomento de la excelencia. Los objetivos para los próximos años es dotar a los grupos de excelencia de medios para facilitar sus indudables posibilidades y liberar sus ataduras para dar rienda suelta a su talento. Estos grupos, minoritarios y hasta hace bien poco abandonados a su destino, en la mayor parte de los casos han conseguido salir adelante por sí mismos, remando contra corriente y superando graves dificultades estructurales.
La otra cara de la moneda es el mundo de los mortales, la clase media del conocimiento, la base de nuestra sociedad. Aquellos que han pasado por un sistema educativo generalista y que, con distinta suerte, han ido superando a duras penas las distintas fases de su formación o, en el peor de los casos, han ido quedando en el camino.
A estos últimos, el sistema les ha dado el mismo trato que a los primeros espadas, es decir, una patada en el culo, pero a diferencia de la élite intelectual, les ha sido más difícil progresar en su formación y, en definitiva, buscar una salida profesional eficaz. Este gran grupo que forma la clase media de la sociedad del conocimiento es la generación que forjará nuestro futuro. Los políticos seguirán haciéndose la foto con la élite y predicarán de forma farisea su apología de la excelencia sin considerar que donde está la clave del éxito es en la mejora de la educación básica y en la formación de una amplia comunidad de estudiantes de alto nivel, donde los outsiders y renegados tengan un papel complementario al conjunto.

2 comentarios:

  1. Hola, he pasado a leerte que te tenia un poco abandonado.
    Me sigue gustando leerte.
    No interesa que la mayoria sea gente formada, poruqe igual se ponen a pensar y ...

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  2. Gracias. A mi cada vez me gusta menos leerme... últimamente estoy leyendo a muy buenos escritores y, en este caso, el dicho de que las comparaciones son odiosas es totalmente aplicable.

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